9/21/2009

Un 1600 en la historia negra

Acusan a Pinochet de ordenar

el asesinato de Prats en Palermo



RESTOS RETORCIDOS. ASI QUEDO EL FIAT 1600,
A POCOS METROS DEL CADAVER DEL GENERAL PRATS, EN PALERMO

A la 0.50 del 30 de setiembre de 1974, varios kilos de trotyl volaron un Fiat 1600 que estaba entrando al garaje de un edificio de la calle Malabia 3351, en el barrio de Palermo. El auto quedó envuelto en llamas. Sus ocupantes, el ex jefe del Ejército chileno de Salvador Allende, general Carlos Prats, y su esposa, Sofía Cuthbert, murieron instantáneamente como consecuencia de las quemaduras y lesiones múltiples.

La bomba había sido colocada debajo del asiento del conductor por el ex agente de la temible agencia de inteligencia chilena DINA, el norteamericano Michael Townley, con el apoyo de un grupo de ultraderecha trasandino autodenominado "Milicia" y en el que militaba Enrique Arancibia Clavel, quien hoy cumple aquí prisión perpetua por ese atentado cometido dentro del marco del Operativo Cóndor, coordinación represiva de las dictaduras del Cono Sur.

Después del derrocamiento del socialista Allende, el 11 de setiembre de 1973, los Prats se habían refugiado en Buenos Aires. Días antes del atentado, Prats había recibido amenazas de muerte en su departamento. Le advertían que si no quería morir "hiciera una declaración pública a la prensa asegurando que no trabajaba contra el gobierno militar de Pinochet".

La misma noche del atentado Townley abandonó el país hacia Montevideo con un pasaporte a nombre de Kenneth Enyart y años más tarde fue detenido en EE.UU. por el crimen del ex canciller chileno Orlando Letelier.

Luego de 30 años de investigación, la jueza federal María Servini de Cubría está convencida de que el atentado contra Prats fue ordenado por Pinochet y por eso lo quiere indagar como autor intelectual del delito de doble homicidio agravado. Por éstas y otras pruebas:

Varios ex militares chilenos afirmaron que en 1974 "Pinochet comentó con los jefes de la DINA, entre ellos el general Juan Manuel Contreras, que Prats era un hombre peligroso para Chile". Y que sabían que estaba escribiendo sus memorias con secretos del golpe contra Salvador Allende de 1973

La célula de la DINA que concretó el atentado "debía indudablemente alcanzar esferas del gobierno chileno de aquella época", dijo la jueza en un exhorto enviado a Chile y al que accedió Clarín en exclusiva.

Pinochet debió haber aprobado la operación y permitido que se les entregara a los autores materiales "los medios y elementos necesarios" como los explosivos, dinero, salvoconductos chilenos e información de inteligencia.

El régimen de Pinochet "retardó" la entrega de pasaportes a Prats y su señora, quienes querían irse a Brasil, para que se los asesinara en Buenos Aires.

Uno de los primeros indicios contra Arancibia lo dio el primer bailarín del teatro Astros, Hugo Zambelli. Este declaró que conoció a Arancibia, quien se hacía llamar "Jean Philipe", en 1973, durante el estreno de la obra "Hair". Luego —precisamente los meses anteriores al atentado— desapareció del ambiente artístico, hasta que reapareció tras el estreno de la "Revista de Oro", en 1974, donde Zambelli actuaba junto a Susana Giménez.

En febrero pasado, la jueza interrogó en Washington a otro ex agente de la DINA, Armando Fernández Larios, quien comprometió más la situación de Pinochet. Después de ese interrogatorio, Servini insistió en pedir la indagatoria a Pinochet pero la Corte Suprema de Justicia chilena denegó, en marzo, el pedido. Sin embargo, las cuentas de Pinochet y sus familiares descubiertas en Buenos Aires podrían servir a la investigación de las operaciones de Arancibia Clavel y otros ex agentes de la DINA en el país.


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